Hace ahora un año que anunciamos el inicio del «Projet d’humanisation de la Maison d’Arret et de Correction de Ouagadougou (MACO)», la mayor prisión de la capital de Burkina Faso. Decidimos inaugurar la actividad a raíz de un informe de los padres Camilos de la capellanía de la prisión, que nos notificaron la urgente necesidad de intervenir para humanizar el trato a los reclusos, confinados en unas instalaciones precarias, donde el hacinamiento es sólo el problema más evidente.

Inmediatamente nos pareció un proyecto en el que era importante invertir, teniendo en cuenta que la cárcel no es sólo un lugar donde cumplir condena, sino también, y sobre todo, un lugar en el que iniciar un camino reeducativo que podría conducir a la reinserción en la sociedad de forma fructífera. Por tanto, es crucial que los presos no sólo tengan la oportunidad de emprender este camino, sino que lo hagan disfrutando plenamente de sus derechos humanos inviolables.

Ahora, al final del proyecto, podemos decir que ha sido un éxito: en los últimos meses -gracias a la financiación de Salute eSviluppo – ha sido posible proporcionar a los presos experiencias comunitarias y sociales muy importantes, se organizó una comida de Navidad y otra de Pascua, se empaquetaron más de 2.300 bolsas con alimentos y kits de higiene, que luego se distribuyeron a los presos que viven más que otros en la pobreza, y, por último, se compraron fármacos y medicamentos para el Hospital de San Camilo, útiles para el tratamiento de quienes padecen enfermedades particulares.

Mejorar las condiciones de vida de las personas con dificultades es un objetivo primordial para nosotros en cualquier ámbito, y estamos muy contentos de que este proyecto haya logrado sus objetivos y haya dado a tantos reclusos del MACO la oportunidad de afrontar positivamente su camino dentro de la estructura penitenciaria.