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Etiqueta: #cooperacióninternacional

PARA LA MEJORA DE JUVENANT SAINT CAMILLE

La Juvenat Saint Camille es una escuela de Uagadugú, dirigida por los Camilianos, que acoge a muchos niños de los alrededores, ofreciéndoles una educación adecuada y un entorno sereno en el que cultivar sus estudios e intereses.

El centro educativo debe seguir modernizándose para poder ofrecer cada vez más servicios a los alumnos. En concreto, se hizo hincapié en la necesidad de un pozo y un sistema de bombeo para disponer de agua potable suficiente para las necesidades de los alumnos y de la escuela; y pareció esencial proceder a la instalación de una sala de ordenadores.

Ante estas necesidades, Salute e Sviluppo se alegró de poder contribuir a la mejora del centro, poniendo en marcha este proyecto que pretende a la vez suministrar agua y equipar la sala.

Uagadugú es la capital de Burkina Faso y, aunque es la ciudad mejor abastecida del país, sufre la situación general de la nación que, además de la extrema pobreza, en los últimos años ha tenido que hacer frente a los terroristas que atacan el país en oleadas con atentados y actos violentos. Parece esencial ayudar a la población con proyectos de desarrollo agroalimentario, sanitario o, como en este caso, educativo.

A partir del 1 de noviembre de 2022, decidimos iniciar las obras de mejora del centro escolar: los trabajos de construcción del pozo y del sistema de bombeo fueron rápidos y se desarrollaron sin contratiempos. Ahora el sistema ya funciona y da a la escuela acceso a un suministro adecuado de agua potable.

En cuanto a la sala de informática, el proyecto incluye la compra de 24 ordenadores y el acondicionamiento de toda la sala, lo que dará a los niños la oportunidad de estudiar informática -una asignatura absolutamente necesaria-, investigar más a fondo sobre temas escolares, conectarse a la red y ampliar así sus conocimientos. La sala también se utilizaría para presentaciones, pequeñas conferencias y otras situaciones de aprendizaje para los niños.

P. Felice de Miranda, Presidente de Salute e Sviluppo, tuvo la oportunidad hace poco, durante su última misión en Burkina Faso, de visitar la escuela y ver cómo avanzaban las obras: encontró a muchos niños felices esperándole, agradecidos a Salud y Desarrollo por el proyecto en curso.

Las actividades finalizarán en junio de 2023, fecha en la que la sala de ordenadores deberá estar terminada y debidamente equipada. Le mantendremos informado de todos los hitos que vayamos consiguiendo.

SNEHAGRAM: LA VIDA INDEPENDIENTE DE LOS JÓVENES SEROPOSITIVOS

El proyecto «Verso il futuro dei giovani nel centro di Snehagram. Programa de transición a la vida independiente».gracias a la contribución de la Iglesia Católica, que destina una parte del ocho por mil de los ingresos totales del IRPEF a intervenciones caritativas en favor del Tercer Mundo. Ya os habíamos hablado de este proyecto que nos mantiene ocupados en la India desde el 1 de septiembre de 2018, ayudados por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y en colaboración con la asociación Sneha Charitable Trust (SCT), para completar la educación y formación de nada menos que 70 chicas y chicos seropositivos.

En la India, la condición de seropositivo sigue representando un estigma para la sociedad: todas las personas con VIH/sida son rechazadas y situadas al margen de una sociedad que aún lucha por aceptarlas. La mayoría de los jóvenes seropositivos a menudo han quedado huérfanos a causa de la propia enfermedad que les aqueja. En estos casos, es crucial acogerlos en centros que les den la posibilidad de no estar solos y de labrarse un futuro digno. El programa promovido por la asociación Sneha Charitable Trust se divide en varios itinerarios, cada uno de ellos adaptado a un grupo de edad específico: desde muy pequeños, los niños son acogidos, viven en la comunidad, tienen acceso a toda la atención médica necesaria y crecen en un entorno educativo y estimulante.

Snehagram es la última fase del proyecto y consiste en acompañar a jóvenes de 18 a 24 años hacia una vida independiente/semiindependiente. Para alcanzar el objetivo, la iniciativa ofrece una solución de vivienda a cada uno de los jóvenes y trayectorias profesionales adecuadas para mejorar sus competencias e incorporarse al mundo laboral.

Por este motivo, se construyeron cuatro «casas agrupadas». En cada casa vive un grupo de cinco o seis jóvenes, cuyos miembros han recibido formación para realizar distintos trabajos según sus capacidades, en concreto: algunos se dedican a la cría de animales, otros a la agricultura, la mecánica, la fontanería, la informática, la fotografía, la videografía y la sastrería. Todos los cursos de formación fueron elegidos por los alumnos según sus propias inclinaciones, ayudados por un tutor.

Tras una primera fase en la que los jóvenes pudieron formarse y decidir por sí mismos la disciplina en la que querían especializarse, el proyecto inició una segunda fase en la que todos ellos pudieron desempeñar la tarea elegida de forma profesional y empezar a obtener ingresos.

Se construyeron cuatro establos y se compraron 25 vacas y dos toros, así como dos ordeñadoras para facilitar el trabajo. La leche producida se vendía a las lecherías vecinas y todos los ingresos iban a parar a los chicos del proyecto.

Era también aumentó la cría de aves de corral con excelentes resultados: se produjeron 10 lotes de pollos que se vendieron en cada una de las cuatro granjas, y el beneficio resultante se destinó a los jóvenes participantes en el proyecto que, al empezar ya a percibir unos ingresos, pueden ser cada vez más independientes.

En la zona agrícola se construyeron un total de cuatro invernaderos y un estanque para recoger el agua de lluvia, que se utiliza para regar las tierras. Para mejorar este aspecto, también se construyeron un embalse y otras instalaciones para almacenar aguas abiertas, y se excavó un pozo. También se inició el cultivo hidropónico, con la compra de materiales para el riego por goteo, herramientas específicas, arbolitos para plantar y abono fértil.

Otros chicos se dedicaban a fabricar bolsas de papel con periódicos viejos, que luego vendían a las tiendas de medicamentos vecinas. Cada chico llegó a producir una media de 500 sobres o 100 bolsas de papel.

Por último, todos los formados en sistemas mecánicos, electrónicos e hidráulicos fueron colocados en diversas empresas de producción y montaje de la zona. Sus viviendas también intentan responder lo mejor posible a la necesidad de estar cerca del lugar de trabajo, situándose no cerca de invernaderos y granjas, sino de zonas industriales.

El proyecto ha tenido mucho éxito y ahora, al final, el impacto que ha tenido en la vida de todos y cada uno de los niños de Snehagram es tangible. Se han lanzado con éxito a la vida independiente: cada uno de ellos ya ha empezado a percibir ingresos, pudiendo vivir en una casa adecuada a sus necesidades sanitarias y, además, cerca de su entorno laboral.

El proyecto debería haberse terminado antes, pero la pandemia de Covid- 19 ralentizó los trabajos. India se vio duramente afectada e incluso el centro de Snehagram no se salvó, la mayoría de sus ocupantes enfermaron y las actividades previstas no continuaron como estaba previsto. Al final de la emergencia pandémica no hubo más contratiempos y el proyecto continuó según lo previsto.

Nos alegramos de haber podido ayudar a los jóvenes de Snehagram que, en ausencia del centro fundado por Sneha Charitable Trust, se habrían visto abocados a una vida al margen de la sociedad, sin ninguna posibilidad de empleo.

EN BURKINA FASO CON UN OBJETIVO: CULTIVAR EL VALOR

Acaba de empezar el nuevo año y en Salute e Sviluppo ya estamos en marcha. Hace unos días finalizó la misión que nos vio en Burkina Faso para planificar las actividades del nuevo proyecto «Cultivar valor: buenas prácticas y métodos innovadores para una producción agroganadera integradora y sostenible», financiado por la Agencia Italiana de Cooperación y Desarrollo (AICS).
Esta nueva iniciativa se inauguró a principios de año y durante 36 meses apostaremos por reforzar las estructuras y actividades productivas que habíamos iniciado en 2017 gracias al apoyo de la Cooperación Italiana – MAECI, dentro del proyecto ‘Producción innovadora de arroz y valorización de productos locales para la soberanía alimentaria y el desarrollo rural sostenible en la zona de Bagré, Burkina Faso’.

Estamos de nuevo en Bagré, una zona rural del centro-este de Burkina Faso que, debido a su extrema pobreza, ha sido objeto de varias de nuestras intervenciones durante muchos años. En esta región, la población, ya agotada por las precarias condiciones de vida, debe hacer frente además al miedo y la violencia que ha traído al país el terrorismo islámico, que pretende hacer aún más inestable el ya frágil equilibrio del país.

El terrorismo, que se ha recrudecido en los últimos años, también dificulta la realización de proyectos de cooperación en amplias zonas del país, consideradas inseguras. En Salute e Sviluppo también nos topamos con esta triste realidad, al tener que coordinar el proyecto desde la capital, Uagadugú, en lugar de hacerlo directamente desde el lugar de intervención. Sin dejarnos desanimar por ello, decidimos, no obstante, asumir este nuevo reto, cuyo objetivo primordial es el desarrollo sostenible del sector primario burkinés.
La palabra clave es diversificación: durante estos 36 meses pretendemos que la producción agrícola y ganadera de la zona sea lo más variada posible, garantizando así a la población local no sólo alimentos suficientes, sino una dieta variada y la salvación de la desnutrición.

Al mismo tiempo, el proyecto reportará otros beneficios: gracias al fortalecimiento de las explotaciones y cadenas de suministro agrario existentes, se asegurarán más puestos de trabajo para los lugareños que, al integrarse en este sistema de producción, podrán aumentar la capacidad económica de las familias de la comunidad. Es de esperar que una mejora real de las condiciones ayude a frenar el deseo de emigrar, teniendo en cuenta la absorción de muchos autóctonos en los nuevos puestos de trabajo que se crearán.

Reforzar el sector primario es de vital importancia para alcanzar los objetivos del proyecto, ya que la agricultura y la ganadería siguen realizándose con métodos tradicionales. Un aspecto importante de la iniciativa es la promoción de la autonomía de la mujer mediante la transferencia de conocimientos a las mujeres locales, que tendrán así la oportunidad de mejorar la producción familiar de alimentos basada en la horticultura y los productos forestales.

El proyecto parece ambicioso en cuanto a sus objetivos y, al mismo tiempo, difícil debido al estado inestable y peligroso de la zona. Afortunadamente, son muchos los socios que participan activamente en el proyecto, aportando un valor añadido: la ONG Santé et Promotion Humaine (SAPHE), que colabora desde hace muchos años con Salud y Desarrollo para el desarrollo agrícola y ganadero del país, gestionando con personal local las cadenas de producción creadas con el proyecto anterior; el Departamento de Ciencias y Tecnologías Agrícolas, Alimentarias, Medioambientales y Forestales (DAGRI) de la Universidad de Florencia, especializado en la producción de alimentos y la protección y recuperación del medio ambiente en países tropicales y subtropicales, gracias a numerosas actividades de investigación y cooperación; la ONG AES-CCC, arraigada en el territorio burkinés desde hace muchos años con programas de lucha contra la malnutrición y la seguridad alimentaria, con especial atención a la capacitación de las mujeres tanto a nivel local como institucional.

Además, varios actores locales se suman a la causa ayudándonos en este nuevo reto: Bagrépole, las Asociaciones de Mujeres de la Región y los Departamentos de Gobierno a nivel municipal de la zona, todos ellos arraigados en el territorio con capacidad para actuar a tiempo en la resolución de cualquier problema.

A pesar de las dificultades endémicas de la zona, el proyecto Salud y Desarrollo está concebido para ser duradero, sostenible y arraigado en el territorio: el objetivo fundamental es provocar un cambio positivo en la capacidad productiva burkinesa, que se demostrará al cabo de los 36 meses, permitiendo a la población local mejorar sus condiciones de vida a largo plazo.

Estamos sólo al principio de esta nueva aventura, un reto ambicioso que esperamos ganar, gracias a la financiación de la AICS y a la valiosa colaboración de los socios. Siempre le mantendremos informado de los pequeños y grandes hitos que vayamos consiguiendo.

CURAS Y ENSEÑANZAS EN EL OHUAM PENDÉ

La mayor parte de los proyectos que tenemos en marcha se desarrollan en la región de Ouham – Pendé: a unos 400 kilómetros de la capital, Bangui, es una de las zonas más pobres de la ya de por sí indigente República Centroafricana. La inestabilidad política de toda la nación, y la violencia resultante, hacen que la pobreza sea endémica y los derechos básicos inaccesibles.

Nuestro punto de referencia en la región es el Hospital Camiliano Juan Pablo II de Bossemptélé, que lleva más de 20 años trabajando con valentía y determinación, lo que representa un hito para la población, que puede contar con una atención adecuada gracias a este hospital.

El proyecto SENÌ- Health and Hygienic Concepts for the Bossemptélé Community, financiado por la FONDATION ASSISTANCE INTERNATIONALE (FAI), se inició el 1 de enero de 2021 con el objetivo de construir las infraestructuras necesarias para el hospital, suministrar medicamentos y material sanitario fungible, contratar personal sanitario y promover la higiene y la educación sanitaria de la población local.

Concretamente, en lo que respecta a las infraestructuras, el proyecto pretende contribuir a la mejora del hospital mediante la construcción de un nuevo pozo que pueda satisfacer todas las necesidades de agua del hospital y la instalación de nuevos paneles fotovoltaicos que puedan garantizar un suministro estable de electricidad. El pozo se ha completado, es funcional y puede cumplir plenamente su función. Todos los paneles han sido instalados y puestos en funcionamiento.

El resultado infraestructural se ha logrado, mientras que el centrado en la concienciación de la población local en temas de salud y prevención está en marcha con excelentes resultados. El proyecto incluye una serie de reuniones semanales sobre temas específicos como nutrición, vitaminas, tabaco, alcohol, higiene personal, vacunación contra el paludismo e higiene ambiental. Las reuniones ya han comenzado y siguen celebrándose regularmente, tanto dentro del hospital como en las zonas rurales circundantes, gracias al equipo de clínicas móviles. Hasta la fecha, más de 4000 personas han participado en actividades de sensibilización.

Aunque el final del proyecto está previsto para el próximo verano, los numerosos actores locales implicados – el Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Enseñanza Superior, la Asociación para las Obras Médicas de las Iglesias en Centroáfrica – ASSOMESCA y la Orden de las Hermanas Carmelitas de Bossemptélé, así como la delegación camiliana en la República Centroafricana que dirige el Hospital Juan Pablo II de Bossemptélé – seguirán trabajando para que la misión de sensibilización de la población local tenga continuidad y pueda producir beneficios a largo plazo.
Les mantendremos informados de los avances del proyecto y de las muchas buenas historias que nos llegan del Hospital Juan Pablo II de Bossemptélé.

MUCHOS LOGROS EN BOSSEMPTÉLÉ

No han pasado muchos meses desde que os hablamos de nuestro proyecto Salud y Nutrición para la Población Vulnerable de la Subprefectura de Bossemptélé, que forma parte de la «Iniciativa de Emergencia de Apoyo a la Población Vulnerable en la República Centroafricana» financiada por la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo (AICS), y cuyo objetivo es mejorar las condiciones de vida de la población de la Subprefectura de Bossemptélé, especialmente castigada por la inestabilidad del país.

La República Centroafricana nunca ha gozado de una tranquilidad que le permitiera crecer y prosperar; al contrario, ha tenido que soportar numerosos golpes de Estado y otros tantos dictadores que, actuando sin escrúpulos, han permitido la explotación de los recursos del país, sin pensar en la cada vez más sacrificada población. La situación en los últimos años ha sido especialmente difícil: los grupos rebeldes se han enfrentado en varias ocasiones a las fuerzas estatales, provocando violencia y muertes, especialmente entre la población más vulnerable.

En este complejo contexto, el Hospital Juan Pablo II desempeñó un papel clave, proporcionando un punto de referencia para la población de la subprefectura. A pesar de los enfrentamientos y la violencia, el hospital siempre ha seguido funcionando y prestando ayuda.

Nuestro proyecto parte del Hospital Juan Pablo II con la intención de aumentar su capacidad para responder adecuadamente a las necesidades y requerimientos de la población. Antes de nuestra intervención, el centro no disponía de una sala de urgencias adecuada para recibir a los pacientes urgentes. Ahora las obras de renovación y ampliación de las instalaciones están casi terminadas y para cuando finalice el proyecto -diciembre de 2022- también está previsto dotar al servicio de urgencias de todo el mobiliario y la maquinaria necesarios.

Otra de las deficiencias encontradas en el hospital se refería al aspecto nutricional: un triple problema si se tiene en cuenta que la mayoría de los pacientes se encuentran en un grave estado de desnutrición en el momento de su ingreso, que la alimentación es necesaria para garantizar un tratamiento y una rehabilitación adecuados, y que la mayoría de los que vienen de los pueblos vecinos, una vez que llegan a la ciudad, no tienen la posibilidad de comprar nada en el mercado local debido a los precios excesivamente altos.

Por estos motivos, se decidió construir un comedor para ofrecer tres comidas completas al día -a base de cereales, carne o pescado- a los pacientes ingresados, que pueden así seguir una dieta correcta y un aporte calórico suficiente para ayudar a su recuperación. El servicio de comedor también se ofrece a los familiares que vienen de lejos y que cuidan de los pacientes más necesitados. Actualmente, se ofrecen más de 2.250 comidas al mes.

Para mejorar la calidad de los servicios del hospital, fue necesario formar a 38 trabajadores sanitarios en activo en disciplinas especializadas como la obstetricia y la oftalmología. Los cursos de formación ya están dando lugar a una mejora significativa del rendimiento de los hospitales.

Uno de los componentes más ambiciosos de nuestra intervención es el refuerzo de los centros médicos situados en los pueblos de los alrededores de Bossemptélé, donde los servicios son casi inexistentes. Gracias al proyecto financiado por la AICS, hemos rehabilitado -o en algunos casos construido desde cero- varios puestos de salud, cada uno de los cuales dispone de un pozo con acceso a agua potable. Las obras están casi terminadas y la población de las aldeas de Gbawi, Bodangui, Bombalou y Yangoro ya tiene acceso a los servicios sanitarios básicos, sin tener que hacer el viaje a la ciudad de Bossemptélé, salvo que sea estrictamente necesario para el tratamiento de enfermedades más complejas.

No sólo el refuerzo cualitativo del hospital y los puestos de salud, sino también un servicio de clínica móvil que, dos veces por semana, visita los pueblos de más difícil acceso, proporcionando tratamiento y educación sanitaria con reuniones de sensibilización sobre prevención y primeros auxilios.

Gracias al apoyo de la AICS, nuestro trabajo en la República Centroafricana ha alcanzado nuevas cotas que esperamos marquen el inicio de una vida mejor para muchas personas que viven en la subprefectura de Bossemptélé.

Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto Salud y Nutrición de la Población Vulnerable de la Subprefectura de Bossemptélé AID 05/RCA/12049/2021 financiado por la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo. El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la opinión de la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo. La Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo no se hace responsable de la información que se considere errónea, incompleta, inadecuada, difamatoria o de algún modo censurable.

UNA ESCUELA Y MUCHOS ENFERMEROS

Recientemente terminó la misión que vio a nuestra Directora de Proyectos, Mariella, y al P. Felice de Miranda, Presidente de Salute e Sviluppo, se desplazó a la República Centroafricana para el seguimiento habitual de los proyectos en curso en el país.

La zona en la que actuamos actualmente forma parte de la subprefectura de Bossemptélé, una zona especialmente pobre y carente de infraestructuras. El único centro sanitario de la zona es el Hospital Juan Pablo II, que, como hemos mencionado en repetidas ocasiones, fue fundamental para la población, especialmente durante los periodos más duros de la guerra civil que se libró en el país.
El 1 de enero de 2021 comenzó el Proyecto de creación de una escuela de enfermería: vías de formación profesional para mejorar las condiciones sanitarias en la República Centroafricana, financiado por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).

El objetivo de este proyecto es completar, de aquí a 2023, una escuela de enfermería con el fin de formar personal especializado que pueda poner en práctica los servicios prestados en el hospital. Además de la construcción de la escuela, está previsto construir una valla y un pozo. En una fase posterior, se comprará mobiliario, ordenadores y otros materiales para satisfacer las necesidades de los estudiantes que cursarán esta carrera certificada y reconocida a nivel nacional, que también aprovechará la sinergia con el Hospital Juan Pablo II para las prácticas de campo.

Si a principios de año os mostramos fotos de la construcción del pozo y del inicio de la valla, ahora podemos anunciar que las obras del edificio avanzan a buen ritmo, mientras que las del pozo y la valla han finalizado. Gracias a esta última misión, fue posible no sólo constatar los progresos realizados, sino también ayudar a las personas de contacto locales con el diseño más óptimo de la instalación, que se espera que esté lista en unos meses.

Nos alegra especialmente que, desde el inicio del proyecto hasta la fecha, la reacción de la población hacia nuestra iniciativa haya sido más que favorable: mientras que en el primer año se matricularon 11 alumnos, este año se seleccionarán 25 alumnos de entre los 30 solicitantes que se presentaron a la prueba de admisión de la escuela. Todos los profesores son catedráticos de Bangui, que imparten las clases con un alto nivel de exigencia, al final del cual se otorga un diploma -tras una evaluación positiva por parte de la junta examinadora- que es válido en todo el país.

Además, los trabajadores sanitarios de los puestos de salud de los pueblos de la zona también participarán en las clases el próximo curso, ya que el gobierno centroafricano ha estipulado que todo el personal de salud pública debe aumentar su nivel de competencia. Las autoridades gubernamentales han identificado nuestra escuela de enfermería como el lugar adecuado para su formación teórica y práctica y se encargarán de su preparación.

Además de aumentar el nivel del personal y del hospital, el proyecto también pretende aumentar la inclusión social y ayudar a muchos jóvenes a integrarse constructivamente en la sociedad.

Desde principios de año, los avances han sido notables, y falta poco para que la estructura esté terminada. Estos logros nos enorgullecen aún más, teniendo en cuenta la situación de la República Centroafricana, que sigue sufriendo una situación de inestabilidad muy fuerte que socava las bases de la mejora y el crecimiento. ¡Esperamos darles muchas más actualizaciones felices de nuestras actividades!

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